Episodio 221 - "?"

Emisión Original: 10 Mayo 2006



Escrito por: Damon Lindelof & Carlton Cuse
Dirigido por: Deran Sarafian




Eko está cortando varios troncos en la selva con el hacha cuando Ana se le aparece en la playa, junto a la orilla. Se queda a varios metros de él. Hay algo completamente irreal acerca de ella.


Ana Lucía: ¿Qué estás construyendo?

Eko: Hola, Ana.

Ana Lucía: Hola. ¿Vas a contármelo? ¿Qué es?

Eko deja el hacha durante unos instantes. Al cuello lleva la cruz de plata.

Eko: Estoy construyendo una iglesia.

Ana Lucía: ¿Y por qué demonios quieres hacer eso?

Eko: Porque así se me ha dicho.

Ana Lucía: [Sonriendo y cruzándose de brazos] ¿Y quién te lo ha dicho?

Eko: Simplemente me lo han dicho. Creo que fue un sueño.

Ana Lucía: ¿Un sueño como este?

Eko mira de nuevo a Ana y se da cuenta de que tiene una mancha de sangre en el pecho y otra en la comisura del labio.

Ana Lucía: Tienes que ayudar a John.

Vemos una rápida sucesión de imágenes mientras el contador suena en el fondo. Los restos del accidente en la playa, un cuerpo flotando boca abajo en el agua, una cadena con una cruz en el suelo, el osito de peluche que llevaba uno de los niños cuando Eko y Jin se cruzaron con los Otros en la selva, una hoguera, Jin con los ojos vendados, las estatuillas de la Virgen María, la avioneta ardiendo y Eko y Charlie junto a ella, Yemi con sus ropas de sacerdote en la iglesia, el logo de Dharma, el palo sagrado de Eko con las inscripciones de la Biblia, el cadáver de uno de los amigos de Eko, la Biblia que Eko encontró en el otro búnker, Locke, la cruz en el cadáver de Yemi, la avioneta despegando del aeropuerto de Nigeria mientras los soldados se acercan a ella, la cinta de Orientación, el logo de la Iniciativa Dharma con el cisne en él.


Eko llega al búnker con el hacha en la mano y observa el logo durante unos instantes. Cuando se asoma a la habitación donde se encuentra el ordenador encuentra a Yemi sentado en la mesa.

Eko: [Incrédulo] ¿Yemi?

Yemi se pone de pie sonriendo.

Yemi: Hola, hermano.

Eko se acerca a él desesperado.

Eko: Perdóname. Debería haberte escuchado. Tenías razón. No debí...

Yemi: El trabajo que estás haciendo en este sitio es importante, Eko. Es más importante que ninguna otra cosa. Y está en peligro. Tienes que ayudar a John, ha perdido el camino. Debes conseguir que te lleve hasta el signo de interrogación.

En ese momento escuchamos la alarma comenzando a sonar y los números girando en el contador. Pero en lugar de cifras lo que aparece son cinco signos de interrogación: tres rojos sobre fondo negro y dos negros sobre fondo rojo.

Yemi se acerca al ordenador y vemos que todas las letras del teclado son signos de interrogación. Aprieta varias de ellas y el contador deja de girar. Eko y Yemi lo observan durante unos instantes.

Yemi: John no querrá enseñártelo, así que tienes que obligarle. Eko, hay muchas distracciones, hermano, pero debes dejarlas a un lado. Lo que ha pasado ya ha pasado.

El búnker comienza a vibrar como si se estuviera produciendo un terremoto. Un vaso de agua, las máquinas, todo oscila de un lado a otro. El ruido que producen es muy fuerte, como si todo estuviera a punto de venirse abajo.

Yemi: ¿Lo entiendes?

Eko: Sí, Yemi.

Eko mira muy asombrado a su alrededor, sin estar seguro de qué es lo que sucede.

Yemi: Y Eko... trae el hacha.

El hacha se clava en un tronco.


Eko se despierta sobresaltado de la pesadilla, jadeando, y el ruido también despierta a Charlie.

Charlie: ¿Qué pasa?

Eko se lleva la mano a la cruz que lleva colgada del cuello.

Charlie: ¿Estás bien, tío?

Eko coge el hacha y se va.

Eko: Tengo que encontrar a John.


Jack, Locke, Sawyer y Kate caminan por la selva, llevando antorchas para alumbrar el camino.

Jack: ¿En qué estabas pensando, John?

Kate: Jack, déjale en paz.

Sawyer: No, Jack, no le dejes en paz.

Jack: Cállate, Sawyer. Si Ana no te hubiera quitado la pistola...

Sawyer: Oh, mira qué bien. Gimpy McCrutch aquí trata de ocultar que el artista conocido como Henry Gale intentó estrangular a tu amiga y ahora todo es culpa mía, cuando ella estaba vigilando.

Jack: [Se enfrenta con él] ¿Y si vuelves a la playa?

Kate se interpone entre ellos tratando de zanjar la discusión.

Kate: Eh, basta, los dos.

Llegan al búnker y en ese momento la puerta se abre y Michael se desploma sobre el suelo, herido.

Jack: Michael, eh.

Michael: Me disparó.

Jack: ¿Quién?

Michael: Se ha ido, se ha escapado.

Jack: Iros, le tengo.

Kate, Locke y Sawyer entran en el búnker, dejando a Jack con Michael.

Michael: Jack... estaba durmiendo y escuché disparos. Me... me levanté, salí del dormitorio. Y allí estaba ese tipo... Tenía una pistola y...

Mientras habla muy nervioso Jack le examina la herida del brazo con ayuda de una linterna y le aplica una toalla para tratar de detener la hemorragia.

Jack: Vamos. Tenemos que levantarte, ¿de acuerdo?

Eko: [Apareciendo] Deja que te ayude.

El grupo entra en el búnker y Sawyer descubre a Ana en el sofá, con toda la pinta de estar muerta. Kate corre hacia ella mientras Sawyer comprueba el estado de Libby, que está tendida en el suelo. Kate le toma el pulso a Ana mientras Locke vuelve la vista hacia la armería: la puerta está abierta y no hay nadie en el interior. Jack y Eko ayudan a caminar a Michael y Jack mira a su alrededor aterrado intentando asimilar lo que ha sucedido.

Eko deja a Michael en uno de los sillones y Jack se acerca adonde se encuentran Ana. Kate retira la mano del cuello de Ana.

Kate: Está muerta.

Michael, Eko y Sawyer les observan con distintos grados de incredulidad. Sawyer baja la vista hacia Libby, se inclina sobre ella y de pronto Libby reacciona y escupe sangre sobre su camisa, tosiendo y llorando. Jack corre hacia ella y Michael no parece nada contento.

Jack: Kate, tenemos que levantarla. Tenemos que llevarla a la habitación de atrás, ¿de acuerdo?

Michael les observa incrédulo y aterrado desde el sillón. Su plan no ha salido exactamente como lo había pensado.
Eko le coloca las manos sobre el pecho a Ana para que descanse en paz y hace la señal de la cruz sobre su cara.

Eko: [Levantando la vista al cielo] Danos tu misericordia, oh Señor. Te lo suplicamos. Amén.

Locke observa la escena desde el exterior de la armería sin decir ni una palabra. En el fondo escuchamos a Libby gimiendo y jadeando, tratando de recuperar el aliento.

Kate ayuda a Jack a curar a Libby. Saca una compresa de una bolsa y se la da para que la coloque sobre la herida del vientre.

Jack: Se encuentra en estado de shock. Tenemos que presionar aquí.

Kate coloca las manos sobre las gasas y aprieta.

Kate: ¿Puedes hacer algo? [Jack no contesta a la pregunta] Jack...

Jack: Te he oído. Simplemente mantén la presión aquí, ¿de acuerdo?

Jack sale de la habitación limpiándose la sangre de las manos.

Michael: ¿Cómo está?

Jack: Estoy haciendo todo cuanto puedo. ¿Cuánto hace?

Michael: ¿Qué?

Jack: ¿Cuándo pasó todo esto? ¿Cuánto hace que se marchó?

Michael: No lo sé. Veinte minutos, puede que media hora.

Jack: Podemos seguir su rastro y encontrarle.

Sawyer: El tipo nos lleva ventaja, tiene una pistola que no tiene miedo de usar...

Jack: Ha disparado a tres de los nuestros. Uno de ellos está muerto...

Sawyer: ¿Quién va a cuidar de Libby mientras tú estás jugando a Daniel Boone?

Eko: Yo iré. John, tú tienes experiencia rastreando, ¿verdad?

Locke: Sí.

Eko: Encontraremos el rastro juntos.

Jack: Si encontráis algo, cualquier cosa, volvéis aquí de inmediato para que podamos decidir qué vamos a hacer, juntos.

Eko: Vámonos, John.

Los dos se dirigen hacia la salida. Eko lleva el hacha en la mano.


Flashback. Vemos a Eko dentro de un confesionario, vestido de cura.

Eko: ¿Cuánto hace desde tu última confesión?

Caldwell: Buena pregunta. Han pasado tantos años que apenas si me acuerdo.

Eko: ¿Por qué quieres pedir el perdón de Dios? ¿Qué pecado has cometido?

Caldwell: Bueno, he dormido con otra mujer aparte de mi esposa.

Eko: ¿Sólo una o muchas veces?

Caldwell: ¿Cuántas veces son muchas?

Eko parece bastante molesto por la actitud del hombre.

Eko: Para recibir el perdón de Dios debes arrepentirte de tus pecados.

Caldwell: También he falsificado un carnet de identidad para un tipo que finge ser un sacerdote.

Las palabras finalmente consiguen llamar la atención de Eko. Cierra la cortinilla del confesionario y se reúne con el hombre fuera de la iglesia. El hombre le entrega un pasaporte de Australia y cuando Eko lo abre vemos su fotografía en la página de datos personales.

Eko: ¿Lo tiene?

Eko le entrega un fajo de billetes.

Caldwell: ¿Qué ha hecho, padre? ¿Robar el dinero del cepillo? [Pausa] Ya sabe que tengo algunos amigos en Los Ángeles. Podría llevarle con ellos.

Eko: ¿Haciendo qué?

Caldwell: Ya sabe... cosas.

Un sacerdote se acerca a ellos.

Monseñor: Buenos días, padre Tunde.

Eko: Buenos días, monseñor. Este es el Sr. Caldwell. Me ha ayudado a arreglar el viaje a los Estados Unidos.

Monseñor: Lo siento padre, pero tengo malas noticias. Va a tener que posponer el viaje. Parece que tenemos un milagro.


Eko y el monseñor están hablando con una mujer en la iglesia.

Joyce Malkin: Mi hija... se ahogó.

Eko: Lamento mucho su pérdida.

Joyce Malkin: No, no lo entiende. Ella volvió a la vida. Estábamos en las piedras que hay ahí detrás y Charlotte debió resbalar, y se cayó al río y... ella no sabe nadar muy bien. Estaba muerta. Y al día siguiente se despertó. ¿No lo entiende? Es un milagro. Una confirmación de la fe. Todo el mundo tiene que saberlo. La gente necesita...

Eko: ¿Dónde está su hija ahora?

Joyce Malkin: En casa, con mi marido.

Eko: ¿Y qué piensa él?

Joyce Malkin: El mundo tiene que saberlo. Tenemos que llamar al Vaticano, tenemos que contarle al mundo...

Monseñor: Lo siento, no podemos hacer eso, Sra. Malkin. La iglesia tiene que realizar una investigación antes de que podamos contárselo a nadie. El padre Tunde la llevará a cabo si usted se lo permite.

La mujer suspira.

Eko: Sra. Malkin, ¿nos disculpa un momento, por favor?

Joyce Malkin: Por supuesto.

La Sra. Malkin se marcha y los deja hablar a solas.

Eko: Monseñor, con el debido respeto, no puedo hacer lo que me pide.

Monseñor: ¿Por qué no?

Eko: Porque no me creo lo que dice esa mujer.

Monseñor: ¿Por qué crees que te he elegido?

Los dos se miran durante unos segundos. Fin del flashback.


Locke y Eko avanzan por la selva de noche, alumbrándose con antorchas. Eko camina a toda velocidad y Locke apenas si consigue seguir su ritmo.

Locke: ¿Ves algo que yo no vea?

Eko no se detiene ni se molesta en contestarle.

Locke: ¡Eh! [Eko se para y se vuelve] No he visto el menor rastro o ninguna señal desde que salimos del búnker. ¿Qué demonios estás siguiendo?

Eko por fin se para y se vuelve para mirarle.

Eko: ¿Dónde está la interrogación?

Locke: ¿La qué?

Eko: La interrogación, John. ¿Dónde está?

Locke: ¿Sabes algo? Sigue persiguiendo a tu propia sombra. Yo me vuelvo.

Eko se interpone en su camino.

Eko: Sé que no quieres compartirlo... pero tienes que hacerlo.

Locke: No, no tengo que enseñarte nada.

Eko: Entonces lo siento.

Eko se acerca a él y le deja inconsciente de un cabezazo.


Locke está tumbado en el suelo en mitad de la selva. Se despierta lentamente y se lleva la mano a la cabeza con un gesto de dolor.

Locke: Me has pegado. ¿Por qué...

Eko: Porque te estabas poniendo difícil.

Locke: ¿Estás loco?

Eko: No

Locke: Ana Lucía, tu amiga, acaban de asesinarla, y tú...

Eko: Ana quiere que te ayude, John.

Locke: [Incorporándose] ¿Que me ayudes a qué?

Eko: A encontrar la interrogación.

Locke: Ni siquiera sabes de lo que estás hablando, ¿verdad?

Eko: No. Pero tú si sabes de lo que hablo, John. Y eso es lo que importa.

Locke se saca un papel del bolsillo y se lo entrega. Es el diagrama que dibujó acerca de lo que vio en las puertas de emergencia. Eko lo examina muy interesado.

Locke: Toma. Toma. ¿Quieres encontrar tu maldita interrogación? Aquí está, aquí, justo aquí. Aquí, cógela, porque no es nada. Es un recuerdo. Son diez segundos de nada.

Eko señala algo en el papel.

Eko: Este es tu búnker, ¿verdad?

Locke: No es mi búnker.

Eko se pone de pie y señala en una dirección.

Eko: Si venimos del cisne entonces iremos por ahí.

Locke: Ni siquiera deberíamos estar aquí. Ana Lucía seguiría viva si le hubiera contado a Jack que Henry la atacó.

Eko: Y ahora ella quiere que vengamos aquí, John. Quiere que entremos ahí, John, juntos. Me lo dijo en un sueño.

Locke: Oh, por supuesto, un sueño.

Eko: Dime, John. ¿Nunca has perseguido un sueño?


Flashback. El padre Eko habla con el dueño de la funeraria adonde llevaron a Charlotte.

Ian: Así que al Vaticano de verdad le interesa este, ¿eh?

Eko: Eso depende de lo que escriba en mi informe. [Eko comienza a escribir en un cuaderno] ¿Por qué no empieza contándome lo que pasó esa noche?

Ian: Bueno, recibí una llamada más o menos a la 1:00 a.m. Ambrose trajo a esta chica, muerta. Había estado dos horas en el agua.

Eko: ¿Ha tenido experiencia con este tipo de muertes?

Ian: Sí, por supuesto, trabajo en una funeraria. Es mi trabajo cada día. Es decir, estoy cualificado para ser forense. Es decir, yo... fui a la facultad de medicina.

Eko: ¿Y cuándo se dio cuenta de que no estaba muerta?

Ian: Durante la autopsia.

Eko: [Incrédulo] ¿Durante la autopsia?

El hombre coge una grabadora y pulsa el botón de play.

Ian: Está bien. No esperaba que me creyera. Pensé que querría escucharlo usted mismo.

Ian se levanta y se va a la otra habitación en busca de dos vasos de agua.

Voz de Ian en la cinta: La fallecida es una mujer caucásica, estatura 161 cm, 51.3 kilos. El cuerpo ha sido arreglado y lavado por la encantadora Valerie McTavish...

Valerie: Ian...

Voz de Ian en la cinta: Empezando el informe. Este es un caso claro de ahogamiento. Comenzaré con la incisión torácica-abdominal...

En ese momento se escuchan una serie de gritos espantosos y tras varios segundos Ian detiene la grabación. Saca la cinta del aparato y se la entrega a Eko.

Ian: Cójala. [Eko parece reticente] No, por favor. No quiero volver a escuchar esa cinta.

Eko finalmente la acepta. Fin del flashback.


Locke y Eko siguen avanzando por la selva. Eko examina el dibujo de John con ayuda de una linterna.

Locke: ¿Ya te has perdido?

Eko: Tu mapa no es exacto.

Locke: Lo digo en serio.

Eko: [Señalando el dibujo] Esas marcas... ¿Es un río?

Locke: No, es una línea sinuosa. Yo no lo dibujé, sólo lo transcribí. Ya te lo he dicho, ni siquiera sé si es un mapa.

Eko: Supongamos que lo es.

Locke: ¿Para qué es el hacha?

Eko: Todavía no lo sé.

En ese momento Eko pisa algo que se rompe y cuando mira hacia el suelo descubre una de las estatuillas de la Virgen María. Han llegado junto a la avioneta en la que murió Yemi.

Eko: Tú fuiste quien encontró la avioneta, ¿verdad?

Locke: Sí. [Mira hacia la parte superior del acantilado] Estaba ahí arriba.

Eko: ¿Y qué la hizo caer?

Locke: Boone. Boone la hizo caer. Y luego murió. [Citando] "Fue el sacrificio que demandaba la isla".

Eko: ¿Perdona?

Locke: Nada. ¿Y ahora qué?

Eko: Acampemos, durmamos un poco y esperemos instrucciones.


Jack camina de un lado a otro en el búnker, desesperado por la falta de noticias.

Jack: ¿Dónde demonios están?

Kate: Cálmate. Encontrar su rastro en la oscuridad no será fácil. Volverán.

Jack se lava la sangre de las manos.

Michael: Jack... ¿Ha dicho algo? ¿Libby?

Jack: Sigue inconsciente. Ha dejado de sangrar.

Kate: Eso es bueno, ¿verdad?

Jack: No. No es bueno.

Michael: Y no hay nada que puedas...

Jack: Puedo hacer que esté cómoda pero no tengo lo que necesito. [Mira a Sawyer]

Sawyer: ¿Por qué me miras? Te di todas las medicinas hace dos días...

Jack: La heroína, Sawyer.

Kate y Sawyer caen en la cuenta de a qué se refiere. Al menos si está drogada no sentirá el dolor. Sawyer suspira y se pone de pie.

Sawyer: Dame veinte minutos.

Jack: Kate irá contigo.

Sawyer: No hacen falta dos personas para ir a...

Jack: Kate va contigo.

Kate: [A Jack] ¿De qué estás hablando? ¿Por qué necesita que vaya con él?

Sawyer: Jacko sabe que la heroína está en el mismo sitio que las pistolas. Así que puedo enseñarte dónde están o dejar que la pobre Libby sufra. [Kate observa incrédula a Jack] Eso es, ¿verdad, doc?

Jack: [Contestando rápidamente] Sí, eso es.

Sawyer: Vamos, Pecas.

Jack se marcha en una dirección mientras Sawyer y Kate se dirigen hacia la salida del búnker. Michael observa a Libby, inconsciente en una de las literas.


Kate y Sawyer caminan por la playa hacia el escondite secreto de Sawyer.

Kate: Me pica la curiosidad.

Sawyer: ¿Sí? ¿Acerca de qué?

Kate: ¿Cómo consiguió Ana Lucía tu pistola?

Sawyer: No lo sé. Debe habérmela quitado.

Kate: [Incrédula] ¿Te robó la pistola? ¿Cómo lo hizo?

Pero Sawyer no está dispuesto a contarle lo que pasó realmente.

Sawyer: Bueno, si supiera cómo lo hizo entonces no lo habría hecho, ¿verdad?

Llegan junto a la tienda de Sawyer en la playa y él le hace un gesto para que entre.

Sawyer: Tú primero.

Kate: Pensaba que me llevabas a tu escondite.

Sawyer: ¿Por qué tienes que hacerlo todo tan difícil? Entra.
Kate entra en la tienda y se sienta, mientras Sawyer levanta varias mantas y cartones del suelo, bajo la cama, para dejar a la vista las pistolas y el resto de la mercancía que esconde.

Kate: Tienes las armas aquí. Todo el tiempo, debajo de ti.

Sawyer: [Sonriendo] Os engañé, ¿verdad?

Sawyer le da una de las estatuas de la Virgen María.

Cuando salen de la tienda se encuentran con Hurley, que todavía no se ha enterado de las últimas noticias.

Hurley: Eh, chicos. ¿Habéis visto a Libby?

Kate y Sawyer no dicen nada durante unos instantes, hasta que ella se acerca a Hurley y le informa de lo que ha sucedido, tratando de consolarle.


Eko remueve el fuego con un palo mientras Locke duerme en el suelo cerca de él, a pocos metros de la avioneta quemada. De pronto Yemi aparece entre los árboles.

Yemi: Eko.

Eko: Yemi.

Yemi: Shh. Despertarás a John. Vamos. Sígueme.

Eko: Yemi. ¡Yemi! Yemi.

Yemi comienza a trepar por las raíces que cubren la ladera del acantilado y Eko le sigue, ayudándose a subir con el hacha. Cuando Eko llega arriba encuentra a Yemi sentado en una silla de ruedas.

Yemi: Despierta, John.

Eko se suelta de las raíces y cae al suelo desde varios metros de altura, gritando. Al chocar contra el suelo John se despierta sobresaltado.

Eko: ¿Estás bien, John?

Locke: Sí. Sí, estoy bien.

Eko: Has tenido un sueño. ¿Había un hombre? ¿Un sacerdote?

Locke no consigue creerse que Eko sepa con lo que ha soñado.

Eko: [Sonriendo] El hombre al que viste era mi hermano.

Locke: Tu hermano.

Eko: Por eso debemos ir juntos. Por eso nos guiarán, y sabremos adónde tenemos que ir.

Locke: Pero no sé adónde debo ir.

Eko: ¿Te dijo algo?

Locke: No, él...

Eko: ¿Nada? ¿Nada?

Locke: No siquiera era yo. Era... eras tú. No... Él... quería que le siguiera.

Eko: ¿Que le siguieras adónde? [Locke mira hacia el precipicio] Espera aquí.

Locke: Eko, sólo era un sueño. No es seguro. ¡Eko!

Pero Eko no le escucha y se dirige hacia el acantilado, dispuesto a subir a lo más alto del mismo.


Flashback. Eko ha ido a visitar a los Malkin. Charlotte está sentada en una silla en el porche de la casa y se pone de pie al verle. Su madre sale de la casa.

Joyce Malkin: Padre, me temo que no es un buen momento. Tendrá que volver más tarde.

Eko: Sra. Malkin, debo hablar con su hija. Ayer en la iglesia dijo que...

Joyce Malkin: Ya sé lo que dije. Es que, ahora mismo, no es un buen momento.

El Sr. Malkin también sale de la casa, muy enfadado. Es el vidente que le dijo a Claire que debía tomar el avión a Los Ángeles para dar a su hijo en adopción a una pareja que vivía allí.

Richard Malkin: Vuelve a la casa, Joyce. [Refiriéndose a Charlotte] Métela dentro.

Joyce Malkin: Richard, por favor...

Richard Malkin: Dentro... ahora.

Las dos mujeres entran en la casa.

Richard Malkin: [A Eko] Sé por qué está aquí, amigo, pero puede ahorrarse la molestia. Lo que pasó aquí no fue un milagro.

Eko: El médico que trató a su hija opina otra cosa.

Richard Malkin: ¿La trató? Quiere decir que trató de abrirla en canal. Está intentando ocultar su propia incompetencia. ¿Le contó toda la historia, que al parecer se había ahogado? Se cayó en un río en la montaña. Su cuerpo se detuvo, sufrió una hipotermia, que provocó que pareciera muerta.

Eko: ¿Y por qué su esposa no piensa lo mismo?

Richard Malkin: Porque es una fanática. Todo esto... lo que hace... lo hace para hacerme daño.

Eko: ¿Por qué querría hacerle daño?

Richard Malkin: Porque sabe que soy un fraude. Porque me gano la vida como vidente. Ya ve, eso es lo que hago. Reúno información acerca de la gente y luego me aprovecho de ella. Todos los días encuentro a gente que busca un milagro... Están desesperados por encontrar uno. Pero no existen. No en este mundo.

Eko: Informaré a Monseñor de que aquí no se produjo ningún milagro. Su hija está viva y eso es todo lo que importa.

Eko se dirige hacia el coche y al volverse descubre a Charlotte mirándole desde una de las ventanas. Fin del flashback.


Eko sigue subiendo por el precipicio con ayuda de las raíces y el hacha, pero resbala y está a punto de caer al suelo.

Locke: ¡Eko! Ten cuidado. ¡Eko!

Eko: Estoy bien.

Eko por fin llega arriba, pero no hay nada salvo una impresionante vista de las montañas.

Locke: ¡Eh, Eko! ¿Qué hay ahí arriba? ¿Puedes ver algo?

Eko: No veo nada.

Pero al mirar hacia abajo se da cuenta de que hay algo extraño en el suelo. La disposición de las plantas y la avioneta forman un inmenso signo de interrogación.


De nuevo en el suelo Eko se agacha, coge un puñado de tierra y se lo lleva a la boca.

Eko: Está salada.

Locke: ¿Qué?

Eko: Han cubierto la tierra con sal para que no pueda crecer nada.

Locke: ¿Para qué querría alguien echar sal... Aquí no hay nada.

Eko: Creo que han dibujado un círculo. Un blanco, para poder ver este sitio desde el aire.

Locke: ¿Ellos? ¿Qué lugar?

Eko: El lugar donde cayó la avioneta, John. Vamos.

Eko comienza a golpear el suelo con el hacha hasta que finalmente, cerca de la cola de la avioneta, encuentra algo metálico.

Eko: John. Por favor, ¿me ayudas con esto?

Entre los dos empujan la avioneta para dejar una puerta al descubierto. Locke intenta abrirla, pero no lo consigue.

Eko: Espera.

Eko usa el hacha para romper los cierres y se dispone a abrir el nuevo búnker (esto no es una isla sino un queso gruyere) pero Locke le detiene.

Locke: Eko. ¿Puedo?

Eko: Por favor. Por supuesto.
Levantan las puertas entre los dos y dejan a al vista un túnel vertical muy parecido al que daba acceso al primer búnker, con una escalerilla que desciende hacia las profundidades de la tierra.


En el búnker Jack rompe la estatuilla para coger las bolsitas de heroína que hay en el interior. Sawyer y Kate le miran mientras Hurley está hablando con Michael.

Hurley: Íbamos a tener nuestra primera cita.

Michael: ¿Cita?

Hurley: Sí. Un picnic en la playa. [Se da cuenta de que no le ha dicho nada a Michael acerca de lo que ha pasado] Me alegro de que estés bien, tío.

Michael le mira sin decir nada.


Eko y Locke bajan por la escalerilla hasta el interior del nuevo búnker. Cuando llegan abajo Locke enciende las luces y ven el logo de la Iniciativa Dharma y una sala llena de pantallas de televisión.

John las enciende todas y en una de ellas aparece una imagen del otro búnker. Vemos a Jack pasar junto a la cámara.


Locke mira hacia el techo y descubre otra cámara.

Al encender las luces encuentran otro terminal de ordenador. En la pantalla aparece el mensaje “Imprimir informe S/N”. Locke pulsa la S y la impresora comienza a funcionar. Mientras tanto Eko ha encontrado un armario lleno de cuadernos y papeles.

El papel de la impresora es una serie de números seguidos de la palabra “aceptado”.

Eko examina los cuadernos, que están llenos de polvo y en blanco, y mientras tanto John se acerca a un tubo de plástico que hay en la pared. Introduce el esquema en el interior, lo cierra, y el papel desaparece, absorbido hacia la parte superior del tubo.

En el armario Eko ha encontrado una cinta de vídeo de la Iniciativa Dharma, con el título “Orientación”.

Eko: John.


Eko introduce la cinta en el reproductor y los dos se sientan a verla.

”Iniciativa Dharma, 5 de 6, Orientación. Estación 5, La Perla”.

El Dr. Wickmund aparece en la pantalla. Es el mismo hombre de la otra cinta, pero sin la bata blanca.


Dr. Wickmun: Hola. Soy el Dr. Mark Wickmund y esta es la cinta de orientación para la estación 5 de la Iniciativa Dharma. La estación 5, o La Perla, es una estación de control donde las actividades de los participantes en los proyectos de Dharma pueden ser observadas y anotadas. No sólo para la posteridad, sino para la mejora de la Iniciativa como un todo. Como la misma Karen Degroot escribió, "la observación cuidadosa es la única llave para la verdad y el completo conocimiento." Su turno en La Perla durará tres semanas. Y durante este tiempo usted y su compañero observarán el progreso de un experimento psicológico. [Locke observa la grabación muy interesado] Su misión consiste en observar al equipo de otra de las estaciones en la isla. [Locke mira hacia la pantalla donde aparece lo que sucede en el otro búnker] Este equipo no sabe que se encuentran bajo vigilancia, o que son objeto de un experimento. Usted y su compañero harán turnos de 8 horas y lo anotarán todo en los cuadernos que les hemos facilitado. Se preguntarán cuál es la naturaleza del experimento. ¿Qué piensan estos individuos que conseguirán al llevar a cabo sus tareas? Ustedes, como observadores, no necesitan saberlo. Lo único que deben saber es que los sujetos creen que su trabajo es de la mayor importancia. Recuerden, todo lo que suceda, no importa lo insignificante que parezca, debe ser anotado. Cada vez que hayan llenado un cuaderno con el fruto de sus diligentes observaciones... [Corte] ...uno de los contenedores que les hemos facilitado. Entonces coloquen el contenedor en el tubo neumático y... presto. [Les muestra cómo hacerlo, el mismo gesto que realizó Locke con el esquema] Nos llegará directamente. Y al final de su turno de 8 horas diríjanse al ferry de Pala, que les llevará de vuelta a... [Corte] ...de parte de los Degroots, Alvar Hanso, y el resto de los miembros de la Iniciativa Dharma, gracias. Namaste... Y buena suerte.

La fecha de la grabación es 1980.

Eko: ¿Te gustaría verla de nuevo?

Locke: No. No, ya he visto suficiente.

Eko está recogiendo los papeles que han encontrado en la estación número cinco.

Locke: ¿Qué estás haciendo?

Eko: Me los llevo de vuelta con nosotros.

Locke: ¿Por qué?

Eko: Porque podrían ser importantes.

Locke: ¿Importantes? [Incrédulo] Lo siento, ¿no hemos visto los dos lo mismo?

Eko: Sí, John. Y creo que el trabajo que has estado haciendo aquí ahora es mas importante que nunca.

Locke: ¿Que trabajo?

Eko: Apretar el botón.

Locke: [Riéndose] Eso no es trabajo. Es... es.. una broma. Ratas en un laberinto... sin queso.

Eko: Es trabajo, John. Nos están poniendo a prueba.

Locke: ¿A prueba?

Eko: La razón para hacerlo... apretar el botón... no es porque nos lo dijeran en la cinta.

Locke: Muy bien. ¿Cuál es la razón entonces, Sr. Eko?

Eko: Lo hacemos porque creemos que es nuestro destino. ¿No lo apretabas por esa razón, John?

Locke se pone de pie muy enfadado.

Locke: [Gritando] ¡Yo nunca... estuve destinado a hacer... nada! ¡Cada segundo de mi patética vida es tan inútil como ese botón! [Golpea la pared con la mano] ¿Crees que es importante? ¿Crees que es necesario? No es nada. No es nada. No tiene sentido. ¿Y quién eres tú para decirme que no lo es?


Flashback. Aeropuerto de Sydney. Eko está en el mostrador de la Oceanic recogiendo su tarjeta de embarque.

Azafata: Vuelo 815, embarcando por la puerta 23.

Eko: Gracias.

Cuando se vuelve se encuentra con Charlotte.

Eko: ¿Qué estás haciendo aquí?

Charlotte: Tenía que verle.

Eko: Mira, tu padre dijo que no debía...

Charlotte: Lo sé. No quiere que hable con usted. Y sé que seguramente piensa que estoy loca. Pero tengo un mensaje para usted y prometí que se lo daría.

Eko: ¿Un mensaje?

Charlotte: Dijo que usted era un buen sacerdote.

Eko: ¿Quién dijo eso?

Charlotte: Yemi.

Eko: Hablar de mi hermano... no es una broma. Así que deberías tener mucho cuidado con lo que dices a continuación.

Charlotte: Le vi cuando estaba... entre ambos lados. Dijo que usted vendría a verme. Dijo que aunque tratara de fingir, era un buen hombre.

Eko: ¿Quién te ha dicho que hagas esto? ¿Tu padre?

Charlotte: Quiere que sepa que os veréis pronto. Dijo que aunque usted no tenga fe en sí mismo, él tiene fe en usted.

Eko: [Gritando] ¿Por qué me estás haciendo esto? ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me estás haciendo esto?

Libby se acerca a ellos atraída por los gritos.

Libby: ¿Va todo bien?

Charlotte asiente.

Charlotte: Él tiene fe en usted. Algún día me creerá.

Charlotte se marcha. Fin del flashback.


En el búnker Eko se lleva la mano a la cruz que cuelga de su cuello.

Eko: Mi hermano Yemi llevaba esta cruz. Yemi era un gran hombre, un sacerdote. Un hombre de Dios. Y le dispararon y murió, porque yo le traicioné. Le metieron en una avioneta que despegó de Nigeria, al otro lado del mundo. [Locke escucha la historia sin decir nada] Entonces la avioneta se estrelló en esta isla. Y de alguna forma... volví a encontrar a mi hermano aquí. Le encontré en la misma avioneta en la que salió de Nigeria, en la misma avioneta que estaba sobre nosotros, que ha escondido este lugar. [Mirando hacia arriba] Y cogí esta cruz del cuello de Yemi y la puse alrededor del mío, como la llevaba el día que maté a un hombre por primera vez. Así que deja que te pregunte algo... ¿cómo puedes decir que no tiene sentido? Creo que el trabajo que hacéis en el búnker es más importante que cualquier otra cosa. Si no sigues apretando el botón, John, yo lo haré.

Eko guarda los papeles en su mochila y se marcha.


Libby sigue acostada en una de las literas en el búnker, inconsciente y gimiendo de dolor. Jack le inyecta una dosis de heroína en el brazo derecho. Se vuelve con los ojos llenos de lágrimas y ve a Hurley en la puerta.

Hurley: ¿Puedo... ¿Puedo hablar con ella?

Jack: Claro.

Jack se marcha y les deja a solas. Hurley se arrodilla junto a la cama y sonríe cuando Libby abre los ojos.

Hurley: Hola. Soy Hurley. Hugo. [Llorando] Siento haberme olvidado de las mantas. Siento haber olvidado las mantas.

Libby abre los ojos de nuevo y trata de decir algo. Jack se acerca a ella para comprobar cómo se encuentra.

Hurley: ¿Libby?

Libby: [Luchando por pronunciar las palabras] Michael...

Jack: Michael... está bien. Lo ha conseguido, Libby, está bien. Está bien.
Pero Libby fallece antes de poder contarles lo que sucedió realmente. No estaba preguntando por el estado de Michael, sino acusándole de ser quien les disparó a Ana y a ella.


Jack le cierra los ojos mientras Hurley llora, cogiéndola de la mano.

En la habitación de al lado vemos los restos de la estatuilla sobre la mesa. Kate está sentada en el sofá, llorando. Sawyer se acerca, se sienta junto a ella y le apoya la cabeza en su hombro, abrazándola mientras trata de consolarla.


Jack guarda algo en una bolsa. En el fondo comienza a sonar la alarma.

Eko y Locke vuelven al campamento.

Hurley sigue llorando junto al cuerpo de Libby.

En la armería Michael observa el cadáver de Ana y luego el ordenador. La alarma sigue sonando de fondo.




_______________________________________________________________________________________


Traducción: gwedynn



Home Page



You are visitor number: