Episodio #118 - "Números"

Emisión original: 2 Marzo 2005



Escrito por: David Fury & Brent Fletcher
Dirigido por: Daniel Attias




Hurley y Jin están sentados en la orilla cerca de la balsa en construcción. Hurley sujeta un montón de palos de bambú y Jin le enseña un cable y le dice algo en coreano, tratando de mostrarle algo.

Hurley deja caer los palos al suelo y se vuelve para mirarle, sin entender una sola palabra de lo que le está diciendo.

Hurley: Espera un segundo, colega. ¿Qué quieres ahora?

Jin deja el cable en el suelo y hace gesto con las manos, tratando de hacerse entender.

Hurley: ¿Quieres hacer bolas de nieve?

Hurley mira a Michael, que está atando sus trozos de bambú con un cable.

Michael: [Interrumpe] Quiere que sujetes los palos juntos. [Pausa] Creo.

Hurley y Jin siguen trabajando en la balsa cuando Jack se acerca a ellos.

Jack: Hola.

Michael: Hola.

Jack: ¿Cómo va?

Michael: Tirando.

Jack: Mientras nadie sabotee también esta, ¿eh?

Michael: Tengo gente de guardia 24 horas al día. Nadie se acerca, sea lo que sea que pretenda. [Jack asiente] Eh, escucha, estaba pensando que la posibilidad de que un barco nos vea al pasar es muy pequeña, así que deberíamos usar algo para mandar una señal de socorro a los que puedan acercarse, como un S.O.S.

Jack: Vale, se lo comentaré a Sayid, pero aunque pudiera hacer algo no tenemos ninguna fuente de energía.

Hurley: ¿No dijo Sayid que la mujer francesa tenía baterías?

Michael y Jack se vuelven para mirarle.


Corte a la playa.

Sayid: Ni hablar.

Jack y Hurley están hablando con Sayid, que les da la espalda y se dirige hacia su tienda.

Jack: No te estoy pidiendo que vayas. Yo lo haré.

Sayid: No, no lo harás.

Hurley: Colega, sólo intentamos...

Sayid: [Le interrumpe] ¿De verdad crees que le daría a un completo extraño algo que necesita para sobrevivir?

Jack: Lo único que te estoy pidiendo es que me digas cómo encontrarla.

Sayid: Estaba inconsciente cuando me llevó a su campamento. Y cuando me escapé estaba desorientado. No sé cómo encontrarla.

Hurley: ¿No lo sabes, colega, o no quieres?

Sayid se acerca a él, sin gustarle el comentario lo más mínimo.

Jack: Sayid, tú tienes los mapas y los papeles. Creías que señalaban hacia algún sitio.

Sayid: Bueno, estaba equivocado.

Jack: Bueno, puede que la señalen a ella.

Sayid coge los papeles que hay sobre la mesa.

Sayid: [Frustrado] ¡Ni siquiera sé qué significan!

Deja los papeles de nuevo sobre la mesa.

Sayid: ¡Por lo que yo sé podría tratarse de los desvaríos de una mente enferma! ¡Letras de canciones mezcladas con ecuaciones!

Le enseña un par de papeles a Hurley y un mapa a Jack.

Sayid: Si este mapa se refiere a ella entonces deberías saber que vive aquí, en esta zona.

Sayid señala un punto en el mapa mientras Hurley mira el trozo de papel que tiene en la mano. Parece completamente hipnotizado, sin escuchar las palabras de Sayid.

Sayid: Lo llamó Territoire Fonce. Shannon lo ha traducido y significa "Territorio Oscuro". ¿Eso te suena a un sitio que te gustaría visitar?

Jack: ¿Así que no vas a ayudarnos?

Sayid: Yo no he dicho eso.

Hurley sigue mirando una hoja con ecuaciones y una secuencia de números.


A = Raíz cuadrada [13/x + (9/500)^2 ]

4 8 15 16 23 42
4 8 15 16 23 42
4 8 15 16 23 42
4 8 15 16 23 42
4 8 15 16 23 42
4 8 15 16 23 42
4 8 15 16 23 42


Sayid: Construiré un faro de emergencia, pero te sugiero que busques otra fuente de energía.

La conversación se pierde mientras Hurley sigue mirando el trozo de papel con los números en él.

Sayid: Debe haber algo en la cabina.

Jack: No vamos a volver a la cabina.

Hurley observa los números como si significaran algo para él.


Flashback. Hurley está sentado frente a la tele haciendo zapping...

Hombre: [En la tele] ¡Coged a vuestra pareja, do-si-do!

Cambia a una clase de aerobic.

Mujer: [En la tele] ¡Hola!

Un programa de cocina.

Mujer: [En la tele] Y aseguraos de que al cortar el aguacate...

Carmen: Hugo, ¿qué estás haciendo aquí?

Hurley: Un momento, mamá. Sólo quiero comprobar algo.

Hurley sigue haciendo zapping.

Carmen: Espero que no estés mirando a esas chicas con taparrabos.

Hurley: Mira mamá, ya hemos hablado de esto. Si quieres que viva aquí tienes que respetar mi intimidad. [Pausa] Y no, no estoy viendo eso.

Hurley encuentra la lotería cuando la mujer está diciendo los números. Carmen Reyes avanza varios pasos por la habitación.

Carmen: Mírate. Es sábado por la noche. Un hombre sentado en casa delante de la tele. Deberías salir y buscarte una mujer.

Vuelve a la cocina.

Hurley: Sí, ya lo intento.

Carmen: Al menos podrías comer menos porquerías. Estás engordando otra vez.

Chica de la lotería: [En la tele] Con el súper número, 42.

Hurley se pone de pie con los ojos clavados en la tele.

Chica de la lotería: [En la tele] Y la combinación ganadora esta noche está formada por los números
4, 8, 15, 16, 23, y el súper número 42.

Hurley mira el boleto que tiene en la mano, con los mismos números, 4 8 15 16 23 42.

Chica de la lotería: [En la tele] La persona que tenga esos números ganará, o repartirá, un bote récord.

Hurley vuelve a mirar el ticket que tiene en la mano y parece a punto de desmayarse.

Representante de la lotería: Tienes razón, Mary Jo, porque llevamos dieciséis semanas sin un ganador.

Hurley pone los ojos en blanco y se desmaya. Fin del flashback.


Corte a la tienda de Sayid en la playa. Sayid trata de encontrar una postura cómoda para dormir en el suelo. Abre los ojos y encuentra a Hurley sentado junto a él, mirándole.

Hurley: Hola.

Sayid se queda tendido boca arriba y se lleva la mano a la frente.

Hurley: ¿Estás despierto?

Sayid: [Murmura] Yo me preguntaba lo mismo.

Hurley: Así que esa mujer francesa...

Hurley coge los papeles que hay sobre la mesa y los deja en el suelo frente a él.

Hurley: Escribió esto, ¿verdad?

Sayid: Hurley, estamos en mitad de la noche, ¿qué quieres?

Hurley: Nada, no podía dormir y me picaba la curiosidad. Shannon y tú, estáis intentando descifrar lo que significan y me preguntaba, ya sabes, si lo habéis conseguido.

Sayid: ¿El qué?

Hurley: No lo sé. Pero fíjate en esos números que escribió tantas veces.

Hurley le sostiene el trozo de papel con los números y Sayid lo mira.

Hurley: ¿Tienes idea de lo que significan?

Sayid se incorpora ligeramente.

Sayid: Al principio pensé que eran una serie de coordenadas.

Hurley: Coordenadas, sí. Cuando te encontraste con la mujer francesa, dijiste que había un cable o algo en la playa, que lo seguiste y te llevó hasta ella.

Sayid: No. Me llevó a una de las trampas que había montado.

Hurley: Pero su casa seguramente estaba cerca, ¿no?

Sayid: ¿Por qué te interesa tanto Rousseau?

Hurley: No me interesa. Sólo quería hablar un poco, colega. Siento que sea un mal momento.

Hurley deja los papeles sobre la mesa.

Hurley: Buenas noches.

Se levanta y se marcha mientras Sayid se frota los ojos, cansado.

Hurley se aleja de la tienda y cuando saca la mano del bolsillo vemos que se ha llevado un mapa y el papel con los números.


Flashback. Hay una rueda de prensa frente a la casa de la familia Reyes. Los periodistas gritan preguntas y hacen fotos con sus cámaras. Hurley está de pie frente a la casa con su madre y el resto de su familia. Se ríe y señala a uno de los periodistas.

Hurley: Sí, sí, usted.

Periodista: ¿Cómo eligió los números ganadores? ¿Algo especial?

Hurley: [Evitando contestar] Oh. Eh, se me... ocurrieron.

Representante de la lotería: ¿Por qué no nos presentas a tu familia?

Hurley: Oh, sí. Bien, eh...

Hurley se vuelve para mirar a su madre. Carmen sonríe con timidez y niega con la cabeza.

Hurley: Esta tímida belleza es mi madre Carmen. Ven aquí, mamá.

Hurley le pasa el brazo por los hombros y luego se vuelve hacia su hermano.

Hurley: Y estos son mi hermano Diego y su esposa Lisa.

Diego se acerca a Hurley y grita de contento.

Diego: ¡Whoo! ¡Somos ricos!

Hurley mira al cielo avergonzado.

Hurley: Muy bonito, colega. [A los periodistas] Ignórenle. Es un idiota. Y eh...

Hurley se acerca a su abuelo Tito.

Hurley: Oh, tenéis que conocer a este hombre.

Le pasa el brazo por le hombro.

Hurley: Es el tipo más grande que conozco. Mi abuelo Tito. Ha tenido tres trabajos por... ¿cuánto tiempo hace?

Tito: Cincuenta y dos años.

Hurley: Cincuenta y dos años. Ahora tiene setenta y las vacaciones más largas que ha tenido fue cuando le colocaron un marcapasos hace cuatro años. [La multitud se ríe] Así que lo primero que voy a hacer con el dinero es darle el descanso que se merece.

Hurley le quita el brazo de los hombros y avanza varios pasos para hablar con los periodistas.

Hurley: Porque eso significa para mí, poder hacer cosas por la gente que me importa. Porque he sido un problema para mi familia últimamente y de esta forma puedo compensarles un poco.

El abuelo Tito hace un gesto de dolor y se agarra el brazo izquierdo. Hurley sigue hablando sin darse cuenta de lo que sucede y se vuelve para mirar a su madre.

Hurley: Puede que incluso le compre una casa nueva a mi madre. Y... quizás cuando me abuelo vuelva de su crucero podamos hacer algunas de las cosas...

El abuelo Tito jadea y se desploma sobre el suelo.

Hurley: ...que siempre hemos querido hacer.

Los periodistas jadean también. Hurley se vuelve y descubre a su abuelo tendido en el suelo con los ojos cerrados.

Hurley: ¿Abuelo?

Fin del flashback.


Corte a las cuevas donde Hurley está llenando varias botellas de agua, tan concentrado en sus pensamientos que no se da cuenta de la presencia de Charlie.

Charlie: Hola, tío.

Hurley: [Sobresaltado] ¿Qué? [Rápidamente] No estoy haciendo nada.

Charlie: ¿Qué?

Hurley: ¿Qué?

Charlie: Sólo he dicho buenos días.

Hurley le mira durante un momento.

Hurley: Oh, bien. Buenos días. [Hurley guarda la botella en su bolsa] Lo siento, sólo estaba...

Charlie: ¿Vas a alguna parte?

Hurley: ¿Yo? No.

Hurley coge otra botella de agua y la guarda también en la bolsa, dándose cuenta de lo que debe parecer.

Hurley: Sí bueno. Pensé que podía dar un paseo y buscar, eh, nuevas zonas de pesca.

Charlie: Oh, espera. Voy contigo.

Charlie se vuelve para buscar sus cosas.

Hurley: Está bien así.

Charlie: No, me vendría bien un poco de aire fresco.

Hurley: [Firme] Colega, ahora mismo me gustaría estar solo.

Charlie se detiene y se vuelve para mirarle.

Charlie: Claro.

Hurley se pone de pie y cuando coge la bolsa esta se abre y varias botellas de agua caen al suelo delante de Charlie, que las observa muy asombrado.

Hurley guarda las botellas de nuevo en la bolsa y se marcha.

Hurley: [Murmura] Soy muy grande. Me deshidrato fácilmente.

Charlie: Sí.

Charlie le observa marcharse.

Charlie: Sí, vale.


Las olas rompen en la orilla y vemos a Claire sentada en la arena jugando con una ramita.

Locke: [Fuera de plano] Claire. [Locke se acerca a ella] ¿Tienes un segundo?

Claire está sentada en uno de los asientos del avión, con la espalda apoyada en un tronco.

Claire: Eh, sí, claro.

Locke: Me preguntaba si podrías ayudarme con un pequeño proyecto.

Claire: ¿Yo?

Locke: Sí.

Locke se quita la mochila y se arrodilla junto a ella.

Locke: Estoy construyendo algo y me vendría bien otro par de manos.

Claire: Estoy de casi nueve meses, apenas si puedo caminar por la playa.

Locke: ¿Puedes coger una sierra?

Claire le mira y asiente.

Claire: Eh, sí.

Locke: ¿Puedes mover la mano adelante y atrás así?

Locke imita una sierra cortando un trozo de madera y Claire sonríe.

Claire: Posiblemente.

Locke: Entonces eres perfecta.

Locke se pone de pie y le ofrece la mano para ayudarla a levantarse.

Locke: Vamos.

Claire: Bien.

Claire se pone de pie y le sigue, curiosa por lo que se trae entre manos.

Claire: ¿Y qué estamos construyendo exactamente?


Corte a las cuevas. Jack se dirige hacia la fuente con una botella vacía cuando Sayid se acerca a él.

Sayid: [Con tono acusador] ¿Dónde está?

Jack: ¿El qué?

Sayid: El mapa. Te dije que no te ayudaría a encontrarla.

Jack: Eh, eh, eh. Espera. [Niega con la cabeza] No tengo ningún mapa.

Sayid: [Le interrumpe] Lo peor de todo es que ni siquiera hiciste le trabajo sucio tú mismo, sino que enviaste a Hurley.

Jack: Espera un minuto, ¿Hurley?

Sayid: Estuvo anoche en mi tienda, preguntándome por Rousseau, sobre los números que escribió y cómo la encontré.

Jack no parece tener ni idea de a qué se refiere Sayid.

Sayid: No sabes nada de todo esto, ¿verdad?

Jack niega de nuevo y entonces ve a Charlie llevando varios trozos de madera.

Jack: Charlie. ¿Has visto a Hurley?

Charlie deja los troncos en el suelo.

Charlie: Eh, hace un par de horas. Dijo que iba a dar un paseo. Y dejadme añadir que estaba de lo más raro.

Jack mira a Sayid y los dos llegan a la misma conclusión.

Sayid: Oh Dios mío, ha ido a buscarla.


Corte a la playa. Sayid guarda sus cosas mientras Shannon le observa preocupada.

Shannon: ¿Cuándo vas a volver?

Sayid: Antes de la noche si conseguimos alcanzarle, ¿por qué?

La mira bromeando.

Sayid: ¿Estás preocupada por mí?

Shannon: ¿Y qué si lo estoy?

Sayid cierra la bolsa y se la cuelga al hombro. Luego mira a Shannon como si fuera a decir algo, pero Jack le interrumpe.

Jack: [Fuera de plano] ¡Sayid!

Sayid se vuelve y ve a Jack y Charlie listos para partir.

Jack: ¿Estás listo?

Sayid asiente.

Se vuelve para mirar a Shannon y le acaricia la mejilla con la palma de la mano.

Sayid: [En voz baja] Estaré bien.

Shannon asiente y Sayid se marcha para reunirse con Jack y Charlie. Mientras camina se vuelve una vez más para mirarla.


Hurley avanza por la playa, en la misma dirección que tomó Sayid.

CANCION:
Everybody with me, drinks on me
hey, y'all, who you came with? / Who you leavin' with?
This my line, everybody with me
hey, y'all, who you came with? / Who you leavin' with?
Everybody with me, drinks on me


Flashback. Vemos un reluciente coche amarillo.

CANCION:
hey, y'all, who you came with? / Who you leavin' with? / This my line, everybody with me

Hurley conduce el coche. Su madre está sentada junto a él.

Carmen: [Fuera de plano] Hugo, baja la música.

Hurley: Oh. Lo siento.

Hurley baja el volumen y Carmen suspira.

Carmen: ¿Adónde vamos? Ya sabes que no me gustan las sorpresas.

Hurley: Oh, pero esta te va a encantar. Es decir, después de todo lo que ha pasado, como lo del abuelo.

Carmen se santigua.

Carmen: Dios lo tenga en la gloria. [En español en el original]

Hurley: Y en el funeral, el Padre Aguilar alcanzado por un rayo. [Carmen niega con la cabeza] Dios, fue una tormenta espantosa. Y Diego, volviendo a casa después de que Lisa le dejara por... esa camarera.

Carmen: No te atrevas a mencionar a esa puta.

Hurley: Sólo digo que te mereces que te pase algo bueno.

Hurley sigue conduciendo y los dos permanecen en silencio.

Hurley: ¿Sabes?, desde que gané la lotería es como si... sólo tuviéramos mala suerte. Como si... el dinero estuviera maldito o algo.

Carmen le da un golpe en el brazo.

Hurley: Ay.

Carmen: Eso es blasfemia. Sabes muy bien que somos católicos y no creemos en maldiciones.

Hurley: Cielos mamá, sólo estaba haciendo un comentario.

Hurley mira a su alrededor.

Hurley: Vale, ya casi hemos llegado. Toma, ponte esto.

Le da un pañuelo rojo y luego aparca el coche enfrente de una gran casa. Se baja del vehículo y le abre la puerta a su madre.

Carmen: ¿Por qué tengo que llevar esto?

Hurley: Dame la mano.

Hurley la ayuda a salir del coche y vemos que Carmen lleva el pañuelo sobre los ojos.

Hurley: Cuidado.

Carmen: No, no, tú, tú debes tener cuidado.

Hurley: Baja.

Carmen: No puedo ver nada.

Carmen baja del coche. Hurley cierra la puerta y se vuelve hacia la casa haciendo un gesto de presentación con la mano.

Hurley: Bien, quítate el pañuelo y échale un vistazo a la casa de tus sueños.

Carmen tropieza con el bordillo y cae al suelo de bruces.

Carmen: [Gimiendo] ¡Ay! ¡Mi tobillo! ¡Aah! ¡Mi tobillo!

Se quita el pañuelo.

Hurley: Te dije que ya podías quitarte el pañuelo.

Carmen: ¿Y por qué me has hecho que me lo ponga? ¡Aah!

Se mira el tobillo y entonces nota algo en el aire. Algo parece estar ardiendo.

Carmen: Hugo, ¿huele a humo?

Hurley se vuelve y descubre que el segundo piso está en llamas.

Hurley: Ah mierda. Espera, voy a llamar al 911.

Carmen: ¡Sí, y diles que me he roto el tobillo!

Hurley marca el número en el móvil mientras las sirenas se acercan. Vemos dos coches de policía dirigiéndose hacia él. Hurley mira el teléfono incrédulo. Dos oficiales salen de los coches y le apuntan con sus armas mientras Carmen les observa estupefacta.

Policía: Suelte el teléfono y aléjese del vehículo.

Hurley: No, no, no, es la casa. Esto es un error.

Hurley señala la casa.

Policía: ¡Ahora! ¡Vuélvase!

Uno de los policías le agarra por el brazo y le empuja contra el coche. Le esposan mientras Carmen les observa sin palabras.

Hurley: No existen las maldiciones, ¿verdad, mamá?

Policía: Tiene derecho a permanecer en silencio. Cualquier cosa que diga podrá ser usada en su contra en el tribunal.

Arrestan a Hurley mientras el humo sale de las ventanas del segundo piso de su nueva y flamante casa. Fin del flashback.


Vemos el cable semi-enterrado en la arena. Hurley se agacha y lo coge. Luego mira hacia la selva.

Hurley: [Grita] ¡Eh, mujer francesa!

No hay respuesta. Hurley sigue el cable hacia el interior de la isla.


Flashback.

Ken Halperin: [Fuera de plano] Creí que estarías feliz.

Plano de una oficina en el centro de la ciudad.

Ken Halperin: [Fuera de plano] Todas tus acciones han subido.

Vemos a Hurley mirando por la ventana de la oficina. Está reunido con su contable, pero no parece estar prestando mucha atención a sus palabras.

Ken Halperin: Tus acciones en naranjas se dispararon después de que las tormentas tropicales azotaran Florida, y eres el mayor accionista de una compañía de cajas en Tustin.

Hurley se vuelve para mirarle.

Hurley: ¿Una compañía de cajas?

Ken Halperin: Sí. Hacen cajas. Un negocio muy lucrativo, ya que todo el mundo las necesita. Lo que me recuerda... la fábrica de zapatillas en Canadá...

Hurley: ¿Tengo una fábrica de zapatillas en Canadá?

Ken Halperin: Bueno, ya no. Se quemó el mes pasado.

Hurley se sienta.

Hurley: Por supuesto.

Ken Halperin: Tienes que haberlo leído, murieron ochenta y tantas personas. Pero las buenas noticias son que estaba sobre-asegurada y te va a reportar un montón de dinero. Y cuando le añadamos la generosa compensación de la policía por tu detención, casi habrás doblado tu capital en unos pocos meses. Todavía no puedo comprender que la policía te confundiera con un traficante de drogas.

Hurley: Mala suerte.

Ken Halperin: Hugo, no eres la primera persona que gana la lotería y cree que el dinero sólo le ha traído problemas. Pero es sólo tu imaginación.

Hurley: ¿Qué, no cree en los gafes? ¿En las maldiciones?

Ken Halperin: Soy un contable, creo en los números. Y por cierto, ¿de dónde los sacaste?

Hurley: ¿Qué?

Ken Halperin: Los números. ¿Qué usaste, un cumpleaños, un número de teléfono?

Hurley: No, no es nada, sólo algo que había...

Entonces se le ocurre algo.

Ken Halperin: ¿Qué?

Cuanto más lo piensa mas sentido tiene.

Hurley: Eso es.

Ken le observa incrédulo.

Hurley: Colega, no me mires así. No estoy loco. Esto es...

Ken Halperin: Venga, Hugo, escucha lo que dices. “Los números están malditos”. Ya sabes que no existen...

Hombre: ¡Aah!

Un hombre cae desde el tajado del edificio, pasando frente a la ventana de la oficina. Ken se vuelve para mirar. Fin del flashback.


Michael trata de reconstruir la balsa colocando un trozo de metal sobre el bambú. Hay más personas trabajando junto a él.

Sawyer está sentado en la arena leyendo un libro, "Una Arruga en el Tiempo", de Madeleine L'Engle. Se toca la frente y aprieta los dientes tratando de ignorar el ruido y seguir leyendo. Finalmente suspira.

Sawyer: ¿Podrías golpearlo un poco más fuerte?

Michael: Lo siento. ¿Te molesta que esté construyendo una balsa para que nos rescaten?

Sawyer: Ahora mismo sí.

Walt: ¿Por qué no le ayudas?

Michael se acerca a Sawyer.

Sawyer: Estoy ayudando, enano, de guardia contra los pirómanos.

Michael: Walt tiene razón. Podrías echar una mano, teniendo en cuenta cómo has conseguido el pasaje.

De pronto los palos de bambú se sueltan y caen al suelo junto a Michael, que tiene que apartarse para evitar que le den. Jin grita en coreano mientras Michael observa el desastre y le contesta, gritando también.

Michael: ¿Los ataste como te dije? ¡Porque si los hubieras atado como te dije todavía estarían juntos!

Sawyer se levanta y se va, harto de los gritos y el ruido.

Michael: ¿Qué te pasa, tío? ¿Cuál es tu problema?

Sun les observa desde la distancia, sentada junto a Kate.

Sun: No volverá a dirigirme la palabra.

Kate: Dale un poco de tiempo.

Sun se vuelve para mirarla.

Sun: Le humillé. Cuando la balsa esté lista... ¿crees que se irá con ellos?

Kate: No lo sé.


Hurley sigue el cable entre los árboles y se detiene cuando llega a un pequeño claro en el bosque. Escuchamos el zumbido de gran cantidad de moscas.

Hurley levanta la vista y descubre el cadáver de un jabalí colgando de una cuerda en el aire. Lo mira durante un momento antes de seguir caminando, pero se detiene tras varios pasos cuando escucha algo metálico crujiendo bajo sus pies.

Baja la vista y se da cuenta de que está pisando un trozo de metal parcialmente cubierto de tierra y hojas. Está a punto de seguir caminando cuando...

Sayid: [Fuera de plano] ¡No te muevas!

Hurley se vuelve y ve a Sayid y Charlie a pocos metros de él.

Hurley: Eh chicos, ¿qué estáis...

Sayid: [Le interrumpe] Hurley, no te muevas. Estás sobre una trampa de presión. Si levantas el pie harás saltar eso.

Sayid señala un tronco llenos de pinchos que está atado a uno de los árboles.

Hurley: Oh, tío.

Jack y Charlie también observan la trampa.

Sayid: Tenemos que encontrar algo para reemplazar su peso.

Charlie: [Incrédulo] ¿Reemplazar su peso? ¿Cómo vamos a hacerlo?

Hurley: ¡Eh!

Sayid: ¡No te muevas!

Jack: Calma todo el mundo.

Hurley: ¿Puedo soltar el cable?

Charlie: A lo mejor puedo encontrar una roca o algo...

Sayid: Sí, una muy grande.

Hurley: Voy a soltar el cable.

Jack: ¡Hurley, no!

Hurley deja caer el cable al suelo y cierra los ojos esperando que pase algo. El cable golpea el trozo de metal.

Todos esperan aterrorizados durante unos segundos, pero no sucede nada. Hurley observa los pinchos como si estuviera pensando en algo.

Hurley: Puedo hacerlo.

Jack: Hurley, ¡no te muevas!

Charlie: ¡No!

Hurley: Puedo quitarme de su camino. Soy muy ágil.

Charlie y Jack le gritan mientras Sayid se prepara para lo peor.

Charlie: ¡Eh!

Jack: Hurley, ¡estate quieto!

Charlie: ¡Eh! ¡No, espera!

Jack: ¡Hurley! ¡Hurley! No se te ocurra...

Charlie: ¡No, espera!

Hurley se lanza al suelo y la trampa se dispara, los pinchos pasando junto a él sin llegar a alcanzarle. Sayid y Charlie también se apartan de su trayectoria.

Charlie: [Grita] Hurley, ¡¿qué demonios te pasa?!

Jack extiende el brazo y detiene el tronco con los pinchos.

Hurley: Nada.

Hurley se levanta.

Jack: ¿Qué estás haciendo aquí, tío?

Hurley les mira.

Hurley: He venido a buscar una batería.

Jack: Hurley, en serio. ¿Qué pasa?

Hurley: [Serio] Nada. [Mira a Sayid y Charlie] ¿Venís?

Charlie espera la respuesta de Sayid.

Sayid: ¿Queréis seguir? Bien. Pero quizás yo debería ir delante.

Sayid coge el cable y lo sigue entre los árboles.

Charlie: Buena idea.

Charlie, Jack y Hurley le siguen.


Flashback. Hurley se encuentra en el mostrador de un hospital psiquiátrico hablando con la enfermera.

Hurley: Lenny. Se llama Lenny. O Leonard.

Enfermera: Pero no sabe su apellido.

Hurley: Mire, sólo quiero hablar con él cinco minutos.

Detrás del mostrador hay un hombre subido en una escalera, cambiando una bombilla.

Enfermera: Lo siento, pero si no puede decirme el nombre del paciente yo no puedo comprobarlo.

Hurley: ¿Cuántos Leonards hay aquí? ¿No puede teclear "Leonard"? Es decir, el tipo lleva aquí desde... siempre. Me conoce.

Hurley mira al hombre subido encima de la inestable escalera para cambiar la bombilla.

Enfermera: Nuestros archivos son privados, señor, y nadie...

Hurley no puede soportarlo más.

Hurley: [En voz alta] ¡Colega, no haga eso ahora! Deje la bombilla para luego, hombre.

El hombre mira a Hurley y luego baja de la escalera. Hurley sigue hablando con la enfermera.

Hurley: Cinco minutos. Sólo necesito cinco minutos.

Dr. Curtis: [Fuera de plano] ¿Hugo?

Hurley se vuelve y ve al Dr. Curtis junto a él.

Hurley: Oh, hola, Doc.

Dr. Curtis: Me alegro de verte. ¿Qué estás haciendo aquí?

Hurley: Eh...

Plano de la Sala Común llena de pacientes. Leonard Simms está sentado en una de las mesas jugando a “Conecta Cuatro”. Introduce las fichas rojas y negras de forma alternada en los agujeros.

Dr. Curtis: [Fuera de plano] No recuerdo que Leonard y tú fuerais tan amigos, Hugo.

Hurley: [Fuera de plano] Sí bueno, nos conocemos.

Dr. Curtis: [Fuera de plano] Te dejo con él entonces. Buena suerte, Hugo.

El Dr. Curtis se marcha y Hurley se acerca a Leonard.

Hurley: Hola, Lenny.

Leonard Simms deja caer una nueva ficha y gruñe siguiendo el ritmo.

Hurley: ¿Me recuerdas?

Leonard no responde.

Hurley: Hugo.

Hurley se sienta frente a él.

Hurley: Hurley.

Leonard deja caer otra de las fichas.

Hurley: Bueno, ya sabes, pasaba por aquí y...

Hurley observa a Leonard mientras este sigue colocando las fichas en los agujeros.

Hurley: Mira, Lenny, tengo que saberlo, ¿qué significan los números?

Leonard recita los números una y otra vez.

Leonard Simms: 4, 8, 15, 16, 23, 42, 4, 8, 15, 16, 23, 42 ...

Hurley: Venga, Lenny, dame algo. Lo que sea. ¿De dónde los sacaste?

Leonard Simms: 4, 8, 15, 16, 23, 42 ...

Hurley: ¿Por eso estás aquí, Lenny? ¿Por los números? ¿Te hicieron algo? Porque creo que a mí me lo han hecho. Creo que me han convertido en un gafe. Sólo malas noticias a mi alrededor. Y cuando le digo a la gente que yo soy la causa, me... me miran como si estuviera loco. No me creen. Pero yo lo sé. Desde que los usé para jugar a la lotería.

Leonard le mira directamente y deja de mascullar.

Leonard: ¿Usaste los números para jugar a la lotería?

Hurley: Eh... sí.

Leonard: No deberías haberlo hecho. [Grita] ¡Has abierto la caja!

Hurley: ¿Que yo qué?

Leonard se pone de pie.

Leonard: [Gritando] ¡No deberías haber usado los números!

Hurley: ¿Por qué no?

Leonard: [Grita] ¡No terminará! ¡Tienes que alejarte de esos números! ¡Lejos, muy lejos! ¡¿Me oyes?!

Uno de los ordenanzas sujeta a Leonard.

Ordenanza: Muy bien. Eh, eh. Calma.

Leonard: Oh, ¡¿no lo entiendes?! ¡Tienes que alejarte de ellos o no terminará!

Ordenanza: Len-Lenny. Trata de calmarte.

Hurley también se pone de pie.

Hurley: Espere un segundo, espere un segundo, necesito respuestas.

El ordenanza le obliga a apartarse.

Ordenanza: Señor, señor, tiene que apartarse.

El ordenanza sujeta a Lenny mientras le lleva hacia la puerta.

Hurley: ¡Lenny, los números! ¿De dónde los sacaste?

Leonard: [Grita] ¡Sam Toomey! ¡Él los escuchó!

Hurley: ¿Quién es Sam Toomey?

Leonard: Los escuchó en Kalgoorlie.

Hurley: ¿Qué es Kalgoorlie?

Leonard: Es la ciudad donde trabajábamos.

Hurley: ¿Dónde?

El ordenanza le empuja fuera de la habitación.

Leonard: ¡En Australia! [Gime] ¡Oh, Dios! ¡Aah!

La puerta se cierra tras ellos y Hurley parece sentirse muy mal. Fin del flashback.


Sayid ha seguido el cable hasta el final. O principio.

Sayid: Termina aquí. Se mete en el suelo. [Les enseña el cable y entonces aparta unas cuantas hojas] Esto es un problema.

Charlie: [Fuera de plano] Chicos, deberíais ver esto.

Jack, Hurley y Sayid se acercan a Charlie.

Charlie está de pie mirando algo, la mano apoyada en un trozo de madera. Sayid sale de entre los arbustos y parece muy sorprendido al darse cuenta de a qué se refiere Charlie. Hurley también llega junto a ellos.

Hurley: Vaya.

Jack se une a ellos y vemos que Charlie ha descubierto un puente de cuerda.

Jack: No dijiste nada acerca de un puente.

Sayid: No lo había visto antes.

Mientras hablan Hurley no aparta la vista del puente.

Jack: No puede haberlo construido ella sola.

Sayid: No, pero sí su equipo.

Charlie: O el de Ethan.

Hurley decide cruzar el puente.

Jack: [Alarmado] Hurley, ¿qué estás haciendo?

Hurley: Relájate. Sólo voy a comprobarlo. Deberíais quedaros aquí.

Jack: Hurley, ¡vuelve aquí!

Hurley: Calma, colegas.

Hurley comienza a cruzar el puente sin mirar atrás. Jack, Sayid y Charlie le observan, incapaces de detenerle. Hurley avanza paso a paso mientras el viejo puente cruje bajo sus pies.

Jack y Sayid contienen la respiración mientras Hurley siguen avanzando. Los pájaros graznan sobre el desfiladero.

Hurley consigue llegar al otro lado y se vuelve para mirarles, sonriendo. Los demás suspiran aliviados.

Charlie decide seguir los pasos de Hurley y cruzar también el puente.

Jack: Charlie.

Sayid: ¡Eh!

Charlie: [Sobre el hombro] Eh, si él puede hacerlo...

Hurley le espera al otro lado del puente.

Jack y Sayid le observan conteniendo la respiración. El puente cruje bajo sus pies mientras sigue avanzando, paso a paso.

Cuando está casi a punto de llegar al otro lado la cuerda se rompe y el puente cede.

Jack: ¡Charlie!

Sayid: ¡Muévete!

Hurley alarga la mano mientras Charlie echa a correr hacia él.

Jack: ¡Charlie!

Charlie salta y consigue alcanzar el otro lado mientras el puente se desploma tras él.

Hurley: Colega, ¿estás bien?

Hurley le ayuda a ponerse de pie mientras Jack y Sayid respiran aliviados al otro lado del precipicio.

Charlie: [Grita] ¡Estoy bien!

Charlie sonríe y levanta las manos sobre la cabeza en un gesto de triunfo.

Charlie: ¡Whoo!

Jack: [Firme] Muy bien, no os mováis. Vamos a encontrar otro camino y nos vemos ahí.

Hurley: No, y un cuerno. Vosotros os quedáis ahí. Hay un camino aquí. Charlie...

Charlie: [Grita] Hurley, ¡¿vas a callarte y escuchar a Jack?! ¡Ha dicho que nos quedemos aquí! ¡Estás actuando como un maldito lunático!

Charlie jadea mientras trata de recuperar el aliento.


Flashback. Kalgoorlie, residencia de Sam Toomey. Hurley llama a la puerta y una mujer la abre.

Martha Toomey: Si esto no estuviera en mitad de ninguna parte diría que se ha perdido.

Hurley: Hola, ¿es la casa de Sam Toomey?

Martha Toomey: Lo es. Soy su esposa.

Hurley: Bien, ¿está aquí? Porque me gustaría hablar con él.

Martha Toomey: A mí también me gustaría, pero lleva cuatro años muerto.

Hurley no puede ocultar su decepción.

Hurley: [Fuera de plano] Su marido trabajaba con alguien a quien conozco... Leonard Simms.

Corte al salón. Martha Toomey lleva dos tazas de té en la mano.

Martha Toomey: Es cierto. Estuvieron juntos en la Marina. ¿Cómo está Leonard? ¿Sigue en activo?

Le da una de las tazas a Hurley.

Hurley: Eh, está... retirado.

Hurley observa su taza mientras Martha se sienta junto a él.

Hurley: De todas formas... me dijo que Sam había... oído algo.

Martha Toomey: Oh. Te refieres a los números.

Hurley: Sí. Los números. Exactamente. ¿Sabe algo acerca de ellos?

Martha Toomey: Sam y Leonard estaban en un puesto de comunicaciones en el Pacífico, analizando transmisiones de onda larga. Un trabajo muy aburrido. Sam lo odiaba. Nada que hacer excepto escuchar la estática noche tras noche. Hasta que una noche, hace dieciséis años, oyeron algo en la radio. Una voz, una voz repitiendo esos números una y otra vez.

Hurley está a punto de dejar caer la taza, embobado con la historia.

Martha Toomey: Un par de días después estábamos en la feria de Kalgoorlie, y había un tipo con una jarra, tan grande como un pony y llena de judías hasta el borde. Y el tipo ofrece cincuenta de los grandes a quien sea capaz de averiguar el número de judías, diez más o diez menos.

Hurley: Sam usó los números.

Martha Toomey: Sí. Y acertó el número exacto de judías. El hombre llevaba cuarenta años haciendo lo mismo y nadie se había ni acercado al número exacto. [Se encoge de hombros] Así que ganamos el dinero. Y de camino a casa a una camioneta se le pincha una rueda en la autopista y nos golpea de frente. Esa noche perdí la pierna.

Se levanta la falda pare enseñarla la prótesis.

Hurley: ¿Y qué le pasó a Sam?

Martha Toomey: Casi ni un rasguño. La gente diría que tuvimos suerte, pero él no.

Se pone de pie y se acerca a Hurley.

Martha Toomey: No volvió a ser el mismo después de aquello. Llevaba un diario.

Se sienta junto a él y le enseña un libro.

Martha Toomey: Cualquier cosa mala que le pasaba a la gente que nos rodeaba, pensaba que era porque había usado los números. Nos mudamos aquí, en mitad de ninguna parte, esperando que parara.

Hurley: ¿Y funcionó?

Martha le mira.

Hurley: ¿Encontró la manera de detenerlo?

Martha Toomey: Sí. [Cierra el libro y lo deja a un lado] Se metió un rifle en la boca y apretó el gatillo.

Hurley aparta la vista.

Martha Toomey: ¿Qué es lo que busca, Sr. Reyes?

Hurley: Los usé, los números, para ganar la lotería. Y creo que estoy bajo la misma maldición.

Martha Toomey: ¿Maldición? No hay ninguna maldición.

Hurley: Pero usted me dijo...

Martha Toomey: [Se burla] ¿Crees que todavía tendría mi pierna si Sam no hubiera acertado el número exacto de judías? ¿Crees que no habría habido inundaciones, que las casas no se habrían quemado y la gente no habría muerto?

Hurley: Sí, bueno.

Martha Toomey: Cada uno crea su propia suerte, Sr. Reyes. No culpe a los malditos números. Está buscando una excusa que no existe.

Hurley aparta la vista, sin sentirse satisfecho por la respuesta. Fin del flashback.


Locke tiene un trozo de madera en la mano.

Claire: Es una trampa, ¿verdad? ¿Para cazar animales?

Claire está sentada en el suelo tratando de averiguar qué están construyendo.

Locke: ¿Me pasas la taza, por favor?

Claire coge medio coco y mira en su interior antes de dárselo.

Claire: Puaj, ¡qué es esta porquería?

Locke: Pegamento.

Claire: ¿Dónde ha encontrado pegamento?

Locke: Lo he hecho con grasa animal derretida.

Claire: ¿Ha hecho pegamento?

Locke aplica el pegamento en los extremos del trozo de madera.

Claire: Vaya, debería tener uno de esos programas donde arregla las casas de la gente.

Locke: [Se ríe] Me parece que no.

Claire: Gracias. Por esto, darme algo que hacer. Estoy cansada de tratar de recordar lo que me pasó ahí afuera.

Locke: ¿Y cómo va? [La mira] Tu memoria.

Claire: Pedazos aquí y allí, pero nada que tenga verdadero sentido.

Locke: Bueno, a lo mejor puedo ayudarte. Soy bueno pegando los pedazos.

Mira a Claire sonriendo y ella le devuelve la sonrisa.


Sayid y Jack caminan por la selva hasta que llegan a un área que le resulta familiar a Sayid. Jack se da cuenta de que pasa algo.

Jack: ¿Qué?

Sayid: Me resulta familiar. Esta zona. Estamos cerca.

Jack se acerca a él.

Jack: ¿Cómo lo sabes? Creí que vivía bajo tierra.

Jack tropieza con el cable que activa una de las trampas y el suelo salta por los aires.

Sayid: ¡Jack!


Charlie y Hurley se vuelven al escuchar la explosión. En el fondo se oye el sonido de alas.

Charlie: ¿Qué demonios ha sido eso?


Jack y Sayid están en lo que solía ser el refugio de Danielle, inspeccionando la zona.

Jack: Un pedazo de sistema de seguridad. Alguien tropieza con un cable y todo sale volando.

Sayid: Aquí no hay nada.

Jack: ¿Las baterías?

Sayid: Nada.

Jack: No lo entiendo.

Sayid trata de encontrar una explicación.

Sayid: Lo sabía. Sabía que algún día volvería trayendo a más gente. Así que abandonó este sitio, montó las trampas y se mudó.

Jack: ¿Se mudó adónde?


Hurley y Charlie vuelven a la zona donde escucharon la explosión.

Hurley: ¡Jack! ¡Sayid!

Charlie: ¿Sabemos adónde vamos?

Hurley: Creo que la explosión sonó por aquí.

Charlie: Pero no lo sabes.

Hurley: Colega, ¿qué quieres de mí?

Charlie: ¿Qué quiero? Quiero saber qué estamos haciendo en mitad de ninguna parte. Y no me digas que es por esas malditas baterías. Un minuto eres Hurley el feliz y al minuto siguiente eres el Sangriento Coronel Kurtz. No tiene sentido, no eres tú.

Hurley: Colega, no me conoces.

Charlie: Bueno, durante el tiempo que llevamos en la isla no nos has dicho nada acerca de ti mismo.

Hurley: Todos tenemos asuntos personales, colega.

Charlie: No cambies de tema. Estamos perdidos. Puede que Jack y Sayid estén heridos, o hayan saltado en pedazos, y todo porque tú te comportas como un maldito loco.

Hurley da un paso hacia él y Charlie retrocede.

Hurley: No estoy loco. Tengo razones para...

Charlie: [Le interrumpe] Creo que tengo derecho a saberlas.

Hurley: Vale. Muy bien, ¿quieres saberlo?

Charlie: [Asiente] Sí.

Hurley: Hace un año...

Suena un disparo y la bala se incrusta en un árbol junto a Charlie. Sonido de alas en el fondo. Charlie se vuelve para mirar a Hurley.

Hurley: [En voz baja] ¿Alguien nos está disparando?

Un segundo disparo y la bala alcanza otro de los árboles. Los dos echan a correr en direcciones distintas, tratando de escapar de los disparos.

Hurley tropieza y cae al suelo de bruces. Cuando se levanta se encuentra el cañón de un rifle apuntándole a la cara.

Hurley: ¡Oh!

Levanta las manos, rindiéndose. Danielle Rousseau le observa.

Hurley: Tú debes ser la mujer francesa.

Danielle: ¿Quién eres tú?

Hurley: Hurley. Yo... Sayid, el tipo al que torturaste, él...

Danielle: [Le interrumpe] Estabas en el avión.

Hurley: Mire, he venido para averiguar...

Hurley busca algo en el bolsillo y Danielle levanta al arma de nuevo, alarmada por el movimiento.

Hurley: Oh, calma, calma, calma. Sólo voy a coger sus papeles.

Hurley saca un papel arrugado y se lo enseña.

Hurley: Por favor... dígame por qué escribió esto. ¿Qué significan los números, por favor?

Danielle: No lo sé.

Hurley: ¿Qué?

No puede creérselo.

Hurley: [Frustrado] ¿No lo sabe? Vale, esa cosa que hay en el bosque, puede que sea un monstruo o una jirafa cabreada. No lo sé. Lo cierto es que nadie nos está buscando. [Hurley está más enfadado cada vez] Sí, es raro. Y yo me aguanto porque es lo que se supone que debo hacer, Hurley el gracioso. Bueno, pues ahora... ¡quiero unas cuantas respuestas!

Hurley le muestra el papel y Danielle finalmente baja el arma.

Danielle: Nuestro barco recibió una transmisión... una voz repitiendo esos números. Cambiamos de rumbo para investigar y después del naufragio mi equipo siguió buscando la fuente de la transmisión. Pasaron semanas antes de que diéramos con la torre de radio.

Hurley: ¿Hay una torre de radio en la isla?

Danielle: Sí. Junto a la roca negra. Algunos hombres siguieron tratando de averiguar el significado de los números, mientras esperábamos que nos rescataran. Pero entonces empezaron a enfermar y cuando todos hubieron desaparecido volví a la torre y cambié la transmisión.

Hurley: La llamada de socorro que escuchamos.

Danielle: Sí.

Hurley: Pero los números... ¿Ha descubierto algo acerca de ellos? ¿Sabe de dónde proviene su poder?

Danielle: ¿Poder?

Hurley: Traen mala suerte a la gente que te rodea. Están malditos. Ya lo sabe, ¿no? Los números... están malditos.

Danielle lo piensa.

Danielle: Los números me trajeron aquí, y a ti también al parecer. Desde entonces lo he perdido todo, toda la gente a la que quería. [Susurra] Sí, supongo que tienes razón. Están malditos.

Hurley: [En voz baja] Gracias. [Aliviado] Gracias. No sabe cuánto tiempo llevo buscando a alguien que esté de acuerdo conmigo. Gracias. Oh Dios, gracias.

Hurley la abraza mientras llora.

Hurley: Muchas gracias.


Sayid deja una lámpara junto al fuego. Jack se acerca a él.

Jack: Tenemos que encontrar a Hurley y Charlie y salir de la selva. Odio tener que volver con las manos vacías.

Sayid se arrodilla y recoge los pedazos de la foto de Nadia.

Charlie: Hola.

Charlie sale de entre los arbustos.

Charlie: Eh, alguien nos ha disparado, a Hurley y a mí. Estábamos buscándoos y...

Jack: ¿Dónde está Hurley?

Charlie: No lo sé. Estaba justo detrás y luego, luego no estaba.

Sayid se quita la mochila del hombro.

Sayid: Iré a buscarle.

Jack: No, no, no, iremos todos.

Hurley: [Fuera de plano] ¿Adónde?

Todos se vuelven para mirarle.

Charlie: Hurley, ¿qué demonios te ha pasado?

Hurley saca una betería de la mochila y se la da a Jack.

Hurley: ¿Necesitas una batería?

Hurley: [A Sayid] Te manda saludos.

Hurley comienza a caminar, dejando a los demás detrás. Jack observa la batería y sonríe antes de seguirle. Los demás le imitan.


Jin y Michael caminan por la playa con varias ramas al hombro. Se detienen al darse cuenta de que el grupo ha regresado. Jack le da un golpecito a Michael en el brazo cuando pasa junto a él y Sayid le entrega la batería. Michael la sujeta, la mira y luego observa a Jin.


Es de noche. Locke y Claire siguen trabajando en su proyecto.

Locke: ¿Ya has pensado en un nombre?

Claire: ¿Eh?

Locke: Para el bebé.

Claire: La verdad es que no. [Permanece un momento en silencio] Iba a entregarlo. [Locke la mira] Ya sabe, en adopción.

Locke sigue trabajando.

Locke: Debe haber sido una decisión muy difícil.

Claire: Sí. Bueno, ahora no importa. Hoy es mi cumpleaños.

Locke: ¿Y por qué no se lo has dicho a nadie?

Claire: Estoy embarazada, soltera y en una isla en mitad de ninguna parte. No importa que sea mi cumpleaños, ¿verdad?

Locke: Supongo que no. Pero tu cumpleaños y el de tu hijo estarán muy próximos, y eso es buena suerte.

Claire: ¿Sí? ¿Lo cree de verdad?

Locke: Sí.

Claire: ¿Cree en la... suerte?

Locke: Creo en muchas cosas.

Sonríe.

Locke: Ya está.

Deja las manos sobre lo que ha construido.

Claire: Vale, me rindo, ¿qué es?

Locke sonríe. Sujeta el objeto y le da la vuelta, colocándolo sobre la mesa y meciéndolo de un lado a otro. Claire sonríe.

Claire: Es una cuna.

Locke: Feliz cumpleaños, Claire.

Claire: Gracias.


Hurley tiene la camisa frente al fuego, atada a dos palos. Está mirando las llamas, muy callado. Detrás de él vemos acercarse a Charlie.

Charlie: Ya sé que escasea la comida pero, ¿tu camisa?

Hurley: Házmelo saber cuando encuentres una lavandería.

Charlie se sienta junto a él.

Charlie: Cuando estábamos en la selva, antes de convertirnos en blanco de tiro, ibas a contarme qué te llevó a esta pequeña... búsqueda.

Hurley quita la camisa del fuego y clava el palo en la arena.

Hurley: Creo que el accidente de avión fue culpa mía.

Charlie: No seas tonto. ¿Cómo podrías...

Hurley: [Le interrumpe] Eh, antes de llegar aquí pasaban montones de cosas malas cuando yo estaba cerca.

Charlie: ¿Qué quieres decir, como mala suerte?

Hurley: Sí, esa es una forma un poco suave de describirlo.

Charlie: Hurley, pasan cosas malas. Los aviones se estrellan, la gente muere.

Hurley: Colega, deberías dejarme terminar.

Charlie: ¿Crees que eres la única persona que tiene un pasado? ¿Sabes lo que estaba haciendo cuando el avión se estrelló? Me estaba metiendo heroína en el servicio. Era un drogadicto, ni siquiera podía subirme a un avión sin tener que meterme un chute. Supongo que eso también era culpa tuya.

Hurley aparta la vista.

Charlie: ¿Y qué hay de ti?

Hurley: ¿Qué?

Charlie: Te acabo de contar el mayor secreto de mi vida. Pensé que querrías sincerarte también.

Hurley lo piensa un momento mientras Charlie sigue esperando.

Hurley: Vale. En América... tengo 156 millones de dólares.

Charlie lo mira atentamente y entonces asiente.

Charlie: Bien. No me lo cuentes.

Charlie se pone de pie.

Hurley: Colega.

Charlie: [Molesto] Te desnudo mi alma y sólo consigo que me tomes el pelo.

Charlie se aleja, dejando a Hurley solo junto al fuego.


Noche. La cámara enfoca la escotilla.

Sobre el metal hay grabados una serie de números:


4 8 15 16 23 42




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Traducción: gwedynn



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